¿Qué diferencias ves entre los niños de los años 40-60 y los de ahora?

   ¡Que han entrado en el mundo digital ese como Pedro por su casa! ¡Que se las saben todas en cuestión de botoncitos, palanquitas, pantallitas y demás historias! De ahí que se hayan alejado un poco…¡un mucho! de la historieta y se inclinen  por las imágenes animadas.

   ¿Has tenido que cambiar algo en la forma de ilustrar o en los guiones?

   La forma de ilustrar y realizar los guiones varía por sí misma con el paso de los años, los lustros. Por sí misma y con algo de ayuda por parte del autor.  Una serie como las de hace cincuenta años, hoy resultaría sosa, cansina, aburridísima.

   ¿Cómo es el proceso desde el principio hasta el final de una historieta?

   Pues como el compositor que coge el papel pautado, escribe sus notas y después agarra la trompeta y ¡TARARIIII!, a interpretar. Yo pienso la idea, desarrollo y escribo el guión, agarro el lápiz y RAS, RAS, RAS, a pintarrajear.

   ¿Utilizas las nuevas tecnologías en tu trabajo?

   Lápiz, papel, goma, pluma, tinta, la mano derecha y la cabeza de en medio. ¡Igualito que hace doscientos años! No sé de ningún ordenador capaz de inventar una historieta, idear un personaje y desarrollar el asunto. Si alguien sabe, que me lo diga. ¡Soy el primero en la cola de la tienda para hacerme con uno!

   ¿Cuál crees que es la razón del éxito de Mortadelo y Filemón?

   ¡El guión, el guión, el guión! Trabarlo, pulirlo, redondearlo, insuflarle algo de gracia, actualizarlo, que no huela a polilla, trabajar, trabajar y trabajar sobre él. Bueno,  acompañarlo con algunos dibujillos agradables. Digo dibujillos, no garabatos.

   Si tuvieras que elegir entre uno de los dos, ¿con quién te quedarías?

   Los dos son necesarios. El clown y el augusto. Mortadelo es el más importante claro, pero prefiero que mis personajes tengan algún interlocutor, que no vayan por la historieta hablando solos, como tontos.

   ¿Hay algún detalle que siempre, siempre incluyes en los tebeos de estos dos personajes tan queridos?

   ¿Algún detalle? ¡Algunos! ¡Cientos! ¡Toneladas! Sobre todo en las portadas, cuyo tamaño lo permite. Cantidad de detalles que hacen las delicias del fan Mortadelo y que a veces son más celebrados que el tema principal.

   ¿Cuál es tu historieta preferida?

   Cuando se me cruza algún nubarrón en el momento de pensar el guión, echo mano de cualquiera de mis álbumes, lo releo, digo “¡Pues tiene gracia el tipo este; llegará, llegará!”. O sea, me hago una autotransfusión de mi propio humor, se larga el nubarrón y ¡hala, a seguir! ¡Todas mis historietas son divertidísimas, todas!

   Muchas felicidades por tu cumpleaños… ¿Hasta que edad te gustaría seguir dibujando a tus queridos personajes? ¿Te gustaría que alguien te cogiera el relevo para seguir con las historias?

   Cuando voy a firmar ejemplares a lo largo y ancho del país, esos “fans” de que antes hablaba, me dicen “Trabaja más, más! ¡Ah; hermosos amigos! Y bien, como no creo que resista más de tres cincuentenarios dale que te pego, pues sí me gustaría que alguien fuese capaz de continuar la labor. Mortadelo y compañía no tienen la culpa de que al autor se le ocurra torcer el cuello… ¡Que vivan muchos años!
 

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